Ser padre

Hola queridos lectores. Retomo el blog después de unos meses de abandono del mismo por un montón de causas (la primera de ellas la falta de tiempo), y quiero retomarlo hablando sobre la importancia y responsabilidad de ser padre (o madre, no vaya a ser que me acusen de sexista).

¿Qué entiendo yo por ser padre? Lo primero que me viene a la cabeza es la palabra responsabilidad. Y no me refiero exclusivamente al cuidado y manutención de los hijos, me refiero a la responsabilidad que asumimos en la educación de una persona. Ese niño hoy será un adulto mañana, y gran parte de su actitud hacia la vida, de su forma de afrontar las dificultades o de su modo de relacionarse con la sociedad estará altamente influenciado por la educación que le hayamos dado.

¿Y qué es la educación? Amigos, he aquí uno de los grandes problemas que afronta este país. Por un lado el haber transferido esta competencia a las Comunidades Autónomas ha sido un despropósito que merecería al menos un artículo independiente. Pero esa es la educación que reciben nuestros hijos en el colegio. Luego está la que depende al 100% de nosotros, y esa es la que van a recibir nuestros hijos en casa. Y ojo, que es igual de importante que la que reciben en el colegio. Sólo un dato, si asumimos que un niño pasa ocho horas durmiendo y otras ocho en el colegio todavía va a disponer de 8 horas en casa (más o menos según los casos) más los festivos y fines de semana. Es nuestra responsabilidad asumir la educación de nuestros hijos la mayor parte del tiempo de su infancia.

Hay muchos padres que infravaloran ese tiempo que los niños pasan con nosotros, que asumen que al niño ya le educan en clase. Debido a esto hay niños que pasan las horas muertas viendo la televisión o jugando a la Playstation. Y estoy seguro que no lo hacen por maldad con sus hijos, simplemente parten de la asunción errónea de que al niño se le educa en el cole. Además, en la época en la que vivimos, en que papá y mamá tienen que trabajar (si no pertenecen a los 5 millones de parados que nos deja Zapatero), es un sacrificio adicional invertir (que no gastar) tiempo en educar a nuestros hijos.

La clave está en sacar el máximo partido de ese tiempo que pasan los niños con nosotros. Los niños tienen que jugar solos sí, pero también tienen que hacerlo acompañados, tenemos que sentarnos con ellos, aunque a veces sea un poco coñazo. Tenemos que hacer el esfuerzo de hablar inglés en casa (si sabemos, obviamente), no basta con que lo hagan sólo en el colegio. Deberíamos sacar tiempo para implicarnos con la asociación de padres del colegio (las AMPA) ya que es la mejor forma de conocer a fondo el lugar donde estudian, a qué problemas se suelen enfrentar y cómo podemos mejorar la comunidad educativa. Si somos creyentes tampoco podemos esperar a que lo aprendan todo en catequesis, hay que enseñarles a rezar y hay que lograr que comiencen a conocer a Jesús.

Todo el párrafo anterior requiere tiempo y dedicación, y creedme, es la mejor inversión que se puede hacer. Y es algo que les debemos a los niños. Alguien me dijo la semana pasada que, dado que no vamos a dejar a nuestros hijos mansiones o tierras, la mejor herencia que podemos dejarles es una gran educación.

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